BAKÚ – Tras tres días de desarrollo de la cumbre climática anual, los copresidentes del Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, en inglés) lograron una base viable para el debate sobre el objetivo prioritario de la cumbre: un nuevo objetivo de financiamiento climático.
La Presidencia de la 29 Conferencia de las Partes (COP29) sobre cambio climático afirma que el borrador, de cara al futuro, «guiará las conversaciones en torno a las posibles zonas de aterrizaje y ayudará a identificar las preocupaciones».
El NCQG es un nuevo objetivo mundial de financiación climática que la COP29 debe fijar, a partir de un mínimo de 100 000 millones de dólares anuales, antes de 2025.
La mayoría de las 196 Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) han acogido con satisfacción la decisión, que acerca la cumbre iniciada el lunes 11 al establecimiento de objetivos ambiciosos.
«Se trata de un paso significativo, pero aún quedan muchas opciones por resolver. Ahora queremos escuchar las opiniones de todos y crearemos espacios para que hagan sus aportaciones a lo largo de la COP29», comentó sobre el borrador alcanzado el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev.
Pero añadió que «las Partes deben recordar que el tiempo corre y que solo nos quedan 10 días», ya que la cumbre climática que hospeda la capital de Azerbaiyán debe terminar el viernes 22.
Mambagri Ouoba, miembro de la delegación de Burkina Faso, expresó su optimismo sobre que, por fin, la COP 22 Bakú trace una vía financiera sostenible para financiar una acción climática eficaz, eficiente y sostenible que haga retroceder los embates del clima.
Insistió en que los países vulnerables, de alto riesgo y pobres del Sur global necesitan un apoyo financiero y técnico sustancial para aumentar su resiliencia.
«Los delegados, las Partes, los observadores y las personas de comunidades indígenas y otras comunidades vulnerables están siguiendo muy de cerca los debates y cualquier avance, como este, es muy bienvenido», dijo Ouoba a IPS.
A su juicio, «cualquier decisión o resultado que se tome aquí en Bakú debe reflejar los deseos y aspiraciones de todos nosotros en todos los rincones del mundo. Es nuestra responsabilidad colectiva construir resiliencia contra el cambio climático».
Simon Philbert Kimaro, de la delegación gubernamental de Tanzania, dijo a IPS que es importante establecer objetivos financieros vinculantes «ya que las promesas no funcionan muy bien».
«Los compromisos deben ser vinculantes para que las naciones y otras partes interesadas puedan rendir cuentas», afirmó.
La COP28, celebrada en Dubái, hace 11 meses logró un hito al alcanzar muy rápidamente a un acuerdo sobre la puesta en marcha del Fondo de Pérdidas y Daños, recordó Kimaro. «Pero esperábamos muchos más avances de los que se han logrado en el último año», añadió.
No obstante, consideró, «tenemos esperanzas, ya que se han producido algunos avances positivos en los primeros días de la COP29».
El Fondo de Pérdidas y Daños se creó para aportar financiación a millones de personas de países en desarrollo que se encuentran en primera línea de la devastadora embestida climática.
Hasta septiembre de 2024, 23 contribuyentes se han comprometido a aportar al Fondo un total de 702 millones de dólares. Los delegados del Sur global afirman que esto es una cantidad irrisoria y dista mucho de ser suficiente para hacer frente al desafío climático.
En Bakú, la cuestión de las pérdidas y daños parece ser una prioridad clave en el plan de la Presidencia de la COP29 para aumentar la ambición y permitir la acción.
La Presidencia, en manos del país anfitrión, ha impulsado el progreso y el Fondo de Respuesta a Pérdidas y Daños ya está listo para aceptar contribuciones tras la firma de documentos clave.
El Fondo debe funcionar como un salvavidas proporcionando un apoyo crítico y urgente a los afectados por las devastadoras consecuencias del cambio climático. Una vez alcanzado este importante hito, se espera que el Fondo empiece a financiar proyectos en 2025.
T: MF / ED: EG
