— espero que hayas pasado buena noche— extendió su mano
— muy buena, gracias — sonrió la morena estrechando la mano del otro. Volvió a sentarse en la suave silla — hace mucho que no dormía tan bien—
— ¿ algún motivo en particular? — preguntó Jichul sentándose tras el escritorio, tomó la taza que tenía cerca bebiendo un poco del contenido de ésta
— cacería— respondió la mujer esbozando una sonrisa— llevaba varios años persiguiendo a esa escoria, y digamos que no podía descansar sabiendo que esa maldita basura estaba allá afuera, impune —
— entiendo — dijo Jichul dejando la taza sobre la superficie del escritorio — agradezco mucho tú colaboración y discreción, Jessi. Para mi fue fundamental todo ésto, además confiaba mucho en tú instinto de persecusión y no me has defraudado. He depositado en tus cuentas una fuerte cantidad de dinero por l...—
— ésto no es por el dinero, Señor Gong— lo interrumpió la mujer— si he colaborado con usted, es porque creo que fue el único de nosotros que le fue realmente leal a nuestro jefe. Usted fue el primero que llegó a Tailandia, y pudo darle tranquilidad— se acomodó en el asiento — usted es el único que lo vió por último vez y le dió el final a su vida. Probablemente no fue la mejor manera, pero conociendo el proceder de los Manoban, por mis chicas. Ellas me dijeron que lo más probable es que el jefe fuese torturado— movió la cabeza negativamente— y sinceramente yo no iba a soportar verlo en esas condiciones—
— ¿ estimabas a Jimin? — preguntó Jichul
— bastante, el se ganó mis respetos. Estar en éste mundo solo, es realmente difícil, yo tenía a mi padre, mi hermano. Pero él, el jefe no tenía a nadie — miró al hombre— todos sabíamos de sus amantes, de su tío Park Jungkook. Pero ninguno de ellos veía más allá de tener al "famoso Park" en sus camas. Supongo usted lo conocía bien— vió como el otro asentia— era un chico inteligente, un chico con un carácter fuerte, con las malditas bolas más grandes de Corea— rio— incluso se fue a la maldita pequeña plaza roja, y mató a la mayoría de los checos, éso sin mencionar el desastre que hizo en una boda de un patán que no lo respetó. El jefe se ganó el respeto, y el odio de muchos, pero se ganó mi admiración. Porque era un niño, solo un niño contra el mundo. Es por éso, por mi respeto a el, a su memoria que debía encontrar a ése bastardo, porque escucheme bien. Gong, haré sufrir a ése mal nacido, por el jefe, por Park Jimin— suspiró— solo me hubiese gustado que el pudiese verlo, que pudiese ver el miedo en los ojos del bastardo de mierda de Manoban Jai—
— probablemente lo haga — se escuchó depronto al igual que el inconfundible sonido del arma pasando la bala a la recámara.
Jessi se puso rápidamente de pie, girando sobre sus talones apoyó sus manos al escritorio mientras su reacción de sorpresa no la dejaba moverse. Vió como de pie tras la silla donde anteriormente estuvo sentada, estaba un hombre de cabello negro y encantadora sonrisa adornando su rostro.
Vestido impecablemente en un traje de corte a la medida, de color gris, además de unas gafas que cubrían su mirada
Miró como éste le seguia apuntando con lo que parecía ser a simple vista una desert eagle con algún tipo de adaptación de mira.
— Hola Jessi — dijo
— estoy soñando— dijo Jessi llevando las manos hasta sus ojos comenzó a tallar con fuerza tratando de dar crédito a lo que veía en ése momento — no, no, no, no...es imposible, no...— caminó un par de pasos al ver como el tipo frente a ella bajaba el arma, haciendo un movimiento en ésta sacaba la bala alojada en la recámara— es imposible, no...no puede ser — extendió uno de sus brazos acercando con cuidado su mano hasta el rostro del otro— ¿ jefe?, jefe, pero, pero...—
— no soy un fantasma— sonrió Jimin
— jefe — se aproximó Jessi esbozando una sonrisa en tanto estrechaba a Jimin entre sus brazos por unos segundos, después se alejó levemente acariciando el cabello de éste, y con posterioridad su rostro— sí creyera en Dios, le daría gracias al maldito de que estés aquí, jefe— tomó el rostro del otro entre sus manos mirando con detenimiento los ojos del otro— ¿ ibas a matarme? —
— sí — sonrió Jimin dejando un beso en la frente de la mujer para después alejarse de ésta— pero me has demostrado que a pesar de los años sigues siendo leal, me agrada eso— le dió una palmada en el hombro para después alejarse de ella. Caminó hasta donde se encontraba Jichul sentándose en el apoya brazos de la silla de éste, se cruzó de brazos mirando al moreno— ¿ porqué me dejaste solo?, cuando estas en mi cama me gusta que tomemos desayuno juntos. Lo sabes muy bien —
— hay cosas que hacer— respondió el moreno— además te veías tranquilo, no quería despertarte, lo lamento— fruncio el ceño con posterioridad— dejé expresamente dicho a una de las muchachas del servicio que debía llevarte desayuno ¿ no lo hizo acaso? —
— sí, pero tu y yo debíamos desayunar junto...—
— eres increíble Jefe— los interrumpió Jessi sonriendo ampliamente— mírate— extendió sus brazos gestualizando— estas aquí, maldita sea estas aquí, porque le has ganado a la maldita muerte e incluso te has conseguido como tu daddy al mismísimo líder Yakuza, a uno de los más grandes lideres. Jamás dejas de sorprenderme jefe—
Terminó de decir la mujer en tanto las risas de Jimin no tardaron en escucharse por todo el lugar.
— ay — habló Jimin tratando de controlar sus carcajadas, limpiando sus lágrimas imaginarias — eso es la más gracioso que he oído hoy ¿ en serio?,¿ Jichul, mi daddy?, éste tipo no podría conmigo. Es demasiado viejo para alguien como yo — apoyó su mano en el hombro del moreno — sin ofender, querido—
— tampoco son de mi gusto los enanos como tú, no eres mi tipo— se encogió de hombros Jichul, esbozando una sonrisa al ver el ceño fruncido del más bajo, pues sabía que éste odiaba que se refiriesen en aquellos términos a su persona— bueno Jessi— dijo mirando a la mujer— ¿ donde lo encontraste? Supongo no fue nada fácil, ya que tomó tantos años—
— supongo que ya sabes de quien hablamos ¿ cierto, jefe? — habló Jessi volviendo a sentarse viendo como Jimin asentia— Manoban Jai fue bastante difícil de localizar. Todos lo han sido, porque a los otros no lo hemos encontrado, pero descuida jefe, estamos buscando día y noche. Con Manoban Jai, la última vez lo hablamos visto en la residencia Park, cuando en ése entonces solo lo conocíamos como el doctor Woo— tamborileo los dedos sobre el apoya brazos— ése hijo de puta estuvo escuchando toda la conversación aquel día, de haber sabido le hubiese arrancado las malditas bolas y se las hubiese metido por el culo —
— tranquila, ahora ya está aquí. Y dime ¿ en donde estaba? —
— en un país de mierda. ¿ han escuchado de Chile? — vió como Jimin negaba, pero Jichul asentia
— ¿ lo conoces? — miró el más bajo al moreno
— fuí un par de veces — habló Jichul — tengo un par de negocios allá. Además tengo un par de mujeres que conozco, amigas — miró a Jessi — ¿ en que lugar estaba ése bastardo? —
— en un pueblo de mierda de ése pais de mierda, no me preguntes el nombre, porque no siquiera me tomé la molestia de aprenderlo— se encogió de hombros— éso sí, la amable gente de allí me indicó que había un médico vietnamita en el lugar con una consulta homeopática. Así que ahí estaba el hijo de puta, escondido del mundo. Lo traje aquí— miró a Jimin— porque el Señor Gong me lo pidió, porque como le decía creo que es el único que sí cuidó de tí, por lealtad. Pero ahora que se que estas vivo — sonrió— quiero ver que haces sufrir a ése engendro de mierda, pues así se lo prometi a Sally —
— ¿ Sally? ¿ no era ella tú mujer de confianza? ¿ no vino acaso contigo? —
— ella ya no trabaja para mí jefe. Ella se retiró del negocio, además estas con una enorme barriga esperando a su primer hijo —
— ella me agradaba — miró Jimin a Jichul— debiste conocerla, es una mujer muy agradable. Tiene casi el mismo tamaño de ovarios que Jessi, es una experta en falsificación de documentos— volvió su mirada a Jessi — te diría que le envíes mis saludos, pero no será posible. Espero que el miserable que sea su pareja la trate bien —
— sí, lo hace. Además sí no lo hace créeme que lo tendría colgando de las bolas. Por lo demás, tú lo conoces — guardó silencio la mujer mirando al más bajito y como éste le miraba expectante — Namjoon, el padre de su hijo y pareja de Sally es Kim Namjoon —
Guardó silencio, viendo como el semblante de Jimin no había cambiado en nada al escuchar ése nombre. Pues éste seguía con la impecable sonrisa en su rostro.
— éso es un pequeño problema — dijo Jimin rascando su barbilla, mientras sentía como uno de los brazos de Jichul rodeaba su cintura
— ¿ porque jefe? — preguntó Jessi
— porque mataré a Kim Namjoon— sonrió tiernamente Jimin mirando a la mujer que se disponía a hablar— no te preocupes, no le haré nada a Sally —
— pero jefe...—
— dime Jessi — volvió a hablar Jimin, viendo como Jichul sacaba del cinto un arma que apuntaba rápidamente a la mujer frente a el — ¿ puedo confiar completamente en tí? ¿ me sigues siendo tan leal como los malditos años en el pasado? ¿ me eres leal por sobre el líder Surcoreano Park Jungkook?, hazlo sencillo querida, sí o no —
— no es necesario que me apuntes con un arma jefe— sonrió con tranquilidad la mujer— mí lealtad va más allá, no le juré lealtad al linaje de mierda de los Park — apuntó con su dedo al menor— te juré lealtad y amistad a tí, Jimin. Tú eres mí líder, jefe. Así qué — le hizo un guiño a Jichul— tranquilo hombre, qué no dañare a tú chico, mí lealtad sigue con el. ¿ quieres muerto a Namjoon?, pues hazlo —
— te dije— sonrió Jimin mirando al hombre que guardaba el arma— aquí tienes a los ovarios más grandes de Corea, sí ésta mujer no domina al mundo es porque no quiere. Era obvio que no le sería leal a Park Jungkook y...—
— Park Jungkook no está en Corea, el no es el líder — lo interrumpió la mujer
— ¿ eh? —
— ¿ acaso no lo sabes jefe? — lo miró incrédula — ¿ en serio?, Park Yoongi es el líder del Clan. La maldita muerte está al mando del Clan—
— ¿ tú sabias éso? — miró Jimin a Jichul viendo como éste asentia— tú y yo vamos a hablar, creo que tenemos serios problemas de comunicación— sonrió volviendo su mirada a la mujer, quitó las gafas que cubrían sus ojos— ésto se pone muy interesante. Quiero que me cuentes todo de Corea. Y después, quiero preparar el escenario perfecto para el bastardo de Manoban Jai, necesito verlo —
— ah! Por donde empezar, jefe — sonrió Jessi buscando las palabras y recuerdos por los cuales empezar, cautivada por la intimidante mirada de Jimin y aquellos ojos. Azul y rojo. Sí antes Jimin era alguien de cuidado. Ahora, el hombre que tenía frente a ella, era realmente escalofriante. Cautivante y escalofriante.
Al parecer esa sería una larga mañana de recuerdos y vivencias.
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