— ¿ quieres ir con Sally un momento de paseo? — sonrió de cuclillas frente a la niña que sonreía frente a el— tengo un jardín muy bonito, estoy seguro que te gustara. Así yo puedo platicar con tu appa—
— papi dice que hay caballitos— habló Ivla,mirando a su padre— ¿ cierto papi? —
— hace años atrás había caballerizas, amor— sonrió Taehyung — no sé si aún existan,ya han pasado un par de años—
— claro que existen aún— dijo Yoongi acariciando la coronilla de la cabeza de la niña— ve con Sally para que veas los hermosos ejemplares que tenemos — miró a la mujer que estaba a un par de pasos de ellos— eso sí, solo puedes mirarlos y tocarlos. Sí quieres subir a uno debe ser en compañia de tu appa ¿ esta bien? —
— sí tío Yoongi— sonrió la niña viendo como el hombre frente a ella dejaba de estar de cuclillas
— quiero que le hagas caso en todo a Sally, no te alejes de ella— habló Taehyung acariciando el rostro de su hija— más tarde iremos de paseo cariño ¿ esta bien? —
— sí papi— sonrió la niña caminando hasta donde estaba la rubia, tomando la mano de ésta— vamos tía Sally, quiero ver todos los caballitos —
— vamos bonita— habló la rubia, para después mirar a Taehyung— no te preocupes que la voy a cuidar muy bien, puedes confiar en mí—
— gracias— solo dijo Taehyung mirando como la mujer y su hija salían del despacho, dejándolo a solas con el pelinegro.
Yoongi le había dejado un mensaje en la mañana, avisándole que necesitaba hablar con el después que volviese de su reunión con el tal Jichul.
Así que ahora se encontraba allí, esperando por las palabras del actual líder surcoreano.
Pero en esos precisos momentos, el fuerte golpe que había llegado a su mejilla lo hizo caer sentado en el sillón.
Yoongi rápidamente sacó el arma que llevaba en el cinto apuntando a la cabeza de Taehyung que lo miraba sin moverse
— después de tantos años, me debes una maldita explicación hijo de puta— habló con molestia— todos estos malditos años escondiéndote detrás de la perra rusa, debería matarte— miró como el otro se mantenía tranquilo — todos estos malditos años me he preguntado como iba a encontrarte Vante, pero mírate. Has venido por voluntad propia hasta la maldita muerte, como el maldito hijo de puta que fuiste. Años Vante, en los cuales he querido ver el rostro del traidor de esos años, y créeme que me hubiese gustado ver a la perra rusa— sonrió— pero al parecer alguien se me adelantó y le cortó la maldita cabeza. Claro que lo sé, es un maldito secreto a voces que Bianca Novick sufrió una muerte horrenda— apretó el arma en su mano— supongo que te preguntas ¿ porque no he ido por ustedes antes?, y es simple. No tengo el maldito poder completo en éste lugar. Sí llegaba a Rusia moriría como un miserable, y no soy un estúpido. Necesitaba tiempo, aunque me tomase toda la vida. Necesitaba ver el rostro de los traidores de anterior líder— sintió el sabor amargo aparecer ante las palabras que estarían prontas a salir— porque aunque Park Jimin fuese una deshonra del clan, era mi hermano. Mi hermano menor, y todos sabíamos que la perra rusa estuvo involucrada en su desaparición. Ahora bien Vante ¿ fuiste tú tan culpable como ella y tan idiota como para venir a mi casa? —
— ¿ sabes? Habló Taehyung, no tengo palabras para mi defensa, así que puedes hacer conmigo lo que estimes conveniente sí es tu deseo darme muerte, hazlo— sonrió— solo te pido algo, por la extraña amistad de años atrás, cuida a Ivla, enviala con Wladimir ellos la cuidarán. Solo, dile que su appa la ama, por favor—
Yoongi miró al hombre frente a el. Vante, siempre ése tipo le había parecido desagradable, un maldito idiota que a pesar de ser mayor que el se comportaba como un malcriado chiquillo. Lo odiaba, tanto como a Namjoon, a Seokjin, y a tantos otros amantes de Jimin. Pero su odio fue silencioso y lastimero.
Kim Taehyung siempre se llevó la mayor parte de su molestia por esa altanería, desfachatez del susodicho, el francotirador ruso.
Pero ahora, allí. Estaba muy lejos la imagen de antaño, pues el tipo frente a el sonreía lastimero, se veía tan pequeño y miserable. Con su rostro demacrado, bastante delgado. Incluso aquella mirada arrogante había cambiado, pues en sus ojos solo podía reflejarse el dolor.
— si te comportas así, esto pierde el encanto— dijo Yoongi guardando el arma en el cinto, mientras caminaba hasta uno de los sillones se sentó en éste — no es divertido si te rindes ¿ no lo crees?. El maldito golpe te lo merecías —
— claro—
— necesito que seas totalmente sincero con lo que pasó hace cinco años— volvió a hablar Yoongi— en esa oportunidad han huido como unos malditos culpables y quiero saber que grado de responsabilidad tienes en la desaparición y muerte de Park Jimin. Al menos así dejarías más tranquilos a aquellos que todavía me hinchan las malditas bolas con la muerte del mocoso. Quiero que digas todo, sin olvidar ningún detalle ¿ me oyes Kim Taehyung?, porque si no lo haces, te metere una maldita bala —
— esta bien—
— Kim— habló Yoongi— ¿ donde mierda ha quedado tu maldito espíritu?, tu soberbia de mierda cuando me mirabas a la cara creyendote superior, ¿ donde mierda está? —
— es gracioso— sonrió Taehyung — todo lo que has mencionado, mi espíritu, mi soberbia, mis esperanzas inclusive mi corazón murieron hace cinco años, Park Yoongi. ¿ sabes? — sintió como el nudo en la garganta se hacía más grande — a diferencia de ustedes, tuya, de Namjoon. Y de todo el resto, yo morí aquel día que la noticia llegó a mis oídos. Aquel día en que el respiró por última vez, yo también deje de hacerlo— sintió como algunas lágrimas caían sobre el dorso de su mano— aquel día, supe que fuí un cobarde. Porque si bien Bianca y yo no éramos culpables directos, si lo fuimos por omisión— miró a Yoongi— no es que no le tenga miedo a la muerte. Yo ya estoy me siento muerto Yoongi, sin el en este mundo me siento sin vida. Y a pesar de eso, y todo lo que eso conlleva, el sufrimiento de su muerte, el saber que jamás volvera— apretó los puños sintiendo el dolor en el pecho— aún así, Park Yoongi. No he dejado de amarlo. Jimin, no puedo dejar de amarlo —
Secó algunas lágrimas con la manga de su camisa, incluso el recuerdo del rostro de aquella mujer Elisabeth, le había atormentado toda la noche.
¿ cómo aquella mujer podía parecerse tanto a su pequeño amor?, toda la noche había pensado en la crueldad del destino.
El maldito destino. Suspiró. Si Yoongi quería que el fuese sincero, lo sería.
El no tenía nada que ocultar.
Por otra parte, por primera vez Yoongi sintió compasión, pues ver a Taehyung en aquel estado, era como verse todas las noches en la soledad de su habitación.
Sumido en lágrimas, odio y desesperación. Sumido en los recuerdos que le atormetaban desde hace cinco años, cinco malditos años en los cuales ( al igual que Taehyung), había dejado morir su alma junto a las llamas del infierno en Tailandia.
— por favor — habló viendo como el otro solo se mantenía en silencio— Keiji ha dicho que estabas horas tocando— tomó las pequeñas manos entre las suyas viendo las marcas de las cuerdas en los dígitos de los dedos— has dañado tus manos, no deberías haber estado tocando ése violín por tanto tiempo—
— esta bien— solo dijo Jimin acomodando la cobija que cubría sus piernas, mientras alejaba las manos del mayor
— esta bien— habló Jichul acomodandose al borde de la cama, con cuidado tomó un pequeño tenedor que estaba en la bandeja que descansaba en el buro — si has estado muchas horas tocando, significa que ni siquiera has comido — extendió el tenedor con un poco de fruta en éste hasta el menor— come por favor —
— no tengo hambre— alejó con cuidado el cubierto, para después mirar al mayor— si me he desmayado fue por el maldito estrés que me ha provocado esa maldita perra de Andrea, y tú — frunció el ceño— quiero que me contestes la maldita pregunta ¿ eras el maldito novio o amante de mi madre?, y no quiero malditas mentiras, ya no —
Jichul dejó el tenedor sobre el buró, para después mirar a Jimin que se mentenia con aquel serio semblante, mientras estaba sentado en la cama a la cual lo había llevado a descansar, pero a pesar de eso; su mirada seguía siendo la de hace minutos atrás tristeza
— solo contesta Jichul— dijo Jimin al sentir la mano del mayor posarse en su mejilla— no me mientas por favor. No quiero ninguna mentira salir de tu boca, exijo la maldita verdad, Gong Jichul. Contestame las preguntas ¿ fuiste amante de mi madre? ¿ me ayudas por ella? — sintió como algunas lágrimas volvían a aparecer— ¿ me besas pensando que soy ella? ¿ vas a contestar mis preguntas Gong Jichul?—
Jichul solamente miró a Jimin, como algunas lágrimas habían comenzado a delizarse en silencio.
Claro que Jimin se merecía al menos una clara respuesta salir de sus labios.
Andrea había jugado una carta poderosa y aquella en esos precisos momentos estaba destruyendo su confianza.
— sí — solo dijo Jichul
Mientras Jimin solamente hizo lo que no hubiese querido en ese momento, llorar frente aquel hombre que quizás jamás conoció.
Llorar frente a ése hombre en el cual confió.
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