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História La lista del Fénix - Un silbido en la fría tarde - História escrita por IngridAlighieri - Spirit Fanfics e Histórias
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História La lista del Fénix - Un silbido en la fría tarde


Escrita por: IngridAlighieri

Capítulo 67 - Un silbido en la fría tarde










Maratón ( 7/7) 






— ¿ a quién demonios se le ocurre viajar con este clima? — froto sus manos— hace frío—


— debiste quedarte en la residencia — habló el moreno tomando las manos del menor— no era necesario que vinieras. Tus manos están frías —


— soy tu esposa debo venir . Éste maldito clima es realmente desesperante— dijo Jimin alejando sus manos del otro levemente para después mirar al rubio que estaba frente a ellos, junto a Jackson— al menos debo dar una buena imagen recibiendo a nuestro invitado ¿ no lo crees, Keiji? —


— sí — solo dijo éste. 


Mientras el silencio se instalaba entre los presentes. Pues desde la llegada de Jimin a la residencia  hace un par de días, nuevamente las cosas habían estado bastante distante. 


— ésto si que es incómodo — habló Jackson mirando a los demás— miren no sé que problemas tendrán entre ustedes. Pero es muy notoria la lejanía— observó a Jimin— sé que no estás de humor, pero tendrás que hacer un esfuerzo para que nuestro invitado no sospeche ¿ está bien? —


— yo no tengo problemas— se encogió de hombros Jimin— solamente estoy algo cansado. Pensé descansar un par de días, y después largarme. Pero la visita de Park Yoongi altera todos mis planes. Además tengo asuntos pendientes—


— Jimin — habló Jichul— no tienes porqué irte de nuestro hogar. Si quieres que te pida disculpas sab... —


— no estoy pidiendo que te disculpes Jichul. No tienes porqué hacerlo— lo miró Jimin— no pongas palabras en mi boca que no he dicho— suspiró — solamente estoy cansado. Física y mentalmente —


— bueno — intervino Jackson— al menos ya pelean como un maldito matrimonio. Eso ya es un paso— apoyó su mano en el hombro de Keiji— tu si que debiste quedarte en la residencia. Tu herida aún necesita recuperación —


— estoy bien. Nada del otro mundo— 


— Keiji es un testarudo — habló Jimin moviéndose en el asiento, se levantó con cuidado para acomodarse junto al rubio— el esclavo tiene razón. No tenías porqué venir, tampoco Kojiki. Ustedes son unos reales testarudos—


— le prometimos cuidarlo ¿ no?, es lo que hacemos. Donde usted vaya nosotros iremos, es nuestro deber velar por su integridad—


— cuando vuelvas a casa debes descansar ¿ esta bien? — dijo Jimin apoyando su cabeza en el hombro del rubio— no quiero que te suceda nada grave —


— esta bien. Cuando lleguemos a la residencia descansare— sonrió éste tomando la mano de Jimin acariciando el dorso de ésta. 


Por varios minutos el trayecto fue en completo silencio, pues cada uno de ellos tenía cosas dando vuelta en sus pensamientos. 


— ¿ Park Yoongi viaja solo? — preguntó Jichul llamando la atención de los otros


— solo con un par de personas de Seguridad— respondió Jackson— no viene nadie más. Me refiero a ése tipo Kim Namjoon, pues al parecer ése imbécil se ha convertido en una sombra—


— ése sujeto es despreciable— hizo una mueca Keiji


— lo es— dijo Jimin. Acomodadose en el asiento, miró por la ventanilla del automóvil. 

Observando como entraban al aeropuerto por la parte norte, donde la mayoría de los jet tenían sus hangar particulares. Sonrió al ver el jet de la residencia Park cerca del hangar perteneciente a Jichul. 


— Dale las instrucciones al personal de la residencia— volvió a decir el moreno— que arreglen una de las habitaciones para que se hospede Park Yoongi. Además quiero también una cena de bienvenida. También necesito que pongan más seguridad en donde se encuentra Solomon, no quiero que por descuido o curiosidad de nuestro invitado encuentre al maldito Manoban—


— éso si que sería desastrozo— habló Jimin— aunque no te preocupes, Solomon no es mucho lo que puede usar su pierna. Y si es una molestia, le cortare la otra y listo —


— deberías matarlo y ya— habló Jackson— es repugnante tener a ése engendro en casa. Ponle una maldita bala y ya—


— le quitas lo divertido a la vida—


— bueno, bueno—


— esposo mío — habló Jimin llamando la atención del mayor— ¿ qué pasará con Yuki?, es tu casa y obviamente ella puede estar allí. Pero se supone que estoy también yo ahí. Y soy la flamante Señora Gong ¿ cómo piensas explicar la presencia de tu amante? ¿ o seremos una especie de matrimonio poliamoroso? —


Sonrió sintiendo como el automóvil detenía su marcha. 


— Keiji, Jackson bajen por favor —


Abriendo la puerta del automóvil ambos bajaron en completo silencio dejando a Jimin y Jichul a solas. 


— Yuki no saldrá de la residencia, si es lo que estas insinuando—


— no es...—


— déjame terminar, por favor — lo interrumpió el mayor— en éstos días ni siquiera nos hemos permitido tu y yo mantener una plática, porque ni estabas en condiciones de hablar. Como te he dicho, Yuki se mantendrá en la residencia al igual que tú. No quiero discutir el hecho de que quieras dejar la protección del clan. Por lo demás ya hemos formado ésta imagen de un matrimonio feliz, y debemos mantenernos así hasta que podamos encontrar a los Manoban restantes ¿ está bien?—


— entendido jefe—


— no me digas de ésa manera, no soy tu jefe— tomó con cuidado la mano de Jimin acariciando los dedos de éste — solo quiero que comprendas lo que digo—


— ajá—


— Jimin — miró al más bajito, estiró su mano acariciando la mejilla de éste —¿ sigues confiando en mí? —


— por supuesto ¿ porqué preguntas éso? — lo miró el otro


— necesito que sigamos confiando el uno con el otro ¿ esta bien?. Cuando Yoongi se haya marchado tu y yo vamos a platicar, no quiero tener malos entendidos por culpa de otros. Probablemente hay muchas cosas que debemos de aclarar, ser sinceros. Además debemos hablar de lo que pasó en Corea, en...—


— oye ¿ no crees que es descortés hacer esperar a nuestro invitado? — sonrió el menor deslizándose en el asiento. Estirando el brazo tomó la manilla de la puerta para abrir ésta—  Park Yoongi ya está bajando del jet ¿ ves? — bajó con cuidado mirando como a un par de metros Jackson, Keiji y Kojiki estaban cerca del jet. 

Mientras un par de automóviles estaban apostados en la cercanía de éste, por seguridad. 


— tienes razón— sonrió Jichul tomando la mano de Jimin— no debemos hacer esperar a nuestro invitado ¿ te sientes bien? —


— solo me duele un poco la espalda y la muñeca — acarició el vendaje en el lugar nombrado — ése maldito Koi casi me rompe el brazo— bufó en tanto caminaban en dirección a donde se encontraban los demás— a todo ésto ¿ qué hizo tu mujer con mi regalo? —


— la cabeza de ése tipo ya es comida de los canes. No había más utilidad para ella—


— entiendo. ¡ ah!, maldición olvidé la bufanda en el automóvil. Odio éste maldito clima— soltó la mano del más alto— voy por ella, vuelvo enseguida querido —


— yo iré por ella— sonrió Jichul deteniendo a Jimin, señalando a los hombres que se encontraban a un par de pasos— ve a recibir a Park Yoongi, vuelvo enseguida, mi amor— se inclinó levemente dejando un tierno beso sobre los labios del más bajito, mientras Jimin posaba sus manos en el rostro de éste sintiendo la tibieza de los labios de aquel hombre sobre los suyos. 


Jichul sonrió con posteridad haciéndole un guiño volvió sobre sus pasos para adentrarse nuevamente en el automóvil. 

Mientras Jimin había comenzado a caminar en dirección hasta donde se encontraba Yoongi. 

Y aunque no estaba de humor para recibir a aquel desagradable e imprevisto invitado, sonrió ampliamente. 


— Señor Park Yoongi— dijo una vez estuvo cerca de éste—  bienvenido a Japón, espero su viaje haya estado realmente reconfortante—


— muchas gracias, Señora— hizo una reverencia el pelinegro para después mirar a la sonriente mujer— mi viaje a estado más que satisfactorio, y es lo que le conversaba a Jackson. He recibido muy buenas noticias que han alegrado gratamente mi tarde —


— me alegra mucho, Señor Park—


— Gong...—


— oh, mi esposo ha ido por mi bufanda al automóvil. He estado algo delicada de salud y éste frío realmente me perjudica un poco— sonrió Jimin viendo a lo lejos como Jichul bajaba del automóvil con la bufanda en su mano y lo que parecía ser unos guantes en la otra— ¿ ve? Ahí está ahora podr...—


Depronto el fuerte sonido de un silbido rompió con el diálogo que Jimin mantenía con Yoongi. 


Jimin al igual que Jichul se habían caracterizado en éste último tiempo por estar pendiente ante cualquier tipo de circunstancia, puesto que la vida les había enseñado muy bien estar al pendiente de todas las circunstancias que los rodeaban. 

Más ahora que  la formulación de aquellos disfraces exigían su total dedicación a los detalles de estos, así que siempre iban un paso adelante de todos. La naturaleza los había llevado a ser bastante melódicos y observadores. 

Fue por ello que ante aquel escenario imprevisto Jimin había quedado estático en aquel lugar, sin dar crédito a lo que sus ojos estaban observando. 


Pues todo en ése momento pasaba ante sus ojos en total camara lenta. 


Solo había escuchado un fuerte silbido romper la silenciosa y fría tarde. Solo un silbido cualquiera hubiese sido para otros, pero para ellos que vivían en aquel miserable mundo, un silbido era un mundo destruyéndose. 


Observó como Jichul caía a un par de metros de distancia, golpeando su cuerpo fuertemente contra el suelo, mientras la sangre no se hacía esperar formando un charco que evidentemente mostraba lo que ya Jimin se temía. 


— ¡ sacala de aquí! — gritó Yoongi tomando del brazo fuertemente a la rubia mujer que se había movido dispuesta a correr hasta donde su esposo había caído abatido— ¡ sacala maldita sea! —


Asintió Kojiki jalando de la cintura a Jimin  mientras éste le arañaba los brazos tratando de zafarse. Lo arrastró con determinación hasta uno de los automóviles que estaban cercanos lanzándolo al interior de éste subió rápidamente a su lado asegurando la puerta para evitar que éste bajase en su desesperación. 


— ¡ Jichul! ¡ Jichul! — gritaba Jimin tratando de quitar  Kojiki de la puerta


— ¡ acelera! — gritó éste al chofer que rápidamente emprendió la marcha ante la orden dada por uno de los gemelos


— ¡ detente! ¡ detente! — golpeaba el menor con desesperación el vidrio trasero del automóvil— ¡ Jichul! — 

Volvió a gritar, viendo como Keiji y Jackson arrastraban el cuerpo de éste e por el suelo y con posterioridad era subido a uno de los automóviles que también iniciaba su marcha. 

Dejando aquel doloroso rastro de sangre en el suelo que para Jimin solo significaba una sola cosa. 


Jimin continuaba gritando en el interior de aquel automóvil presa de la desaparición y la culpa, pues su actos irracionales probablemente habían desencadenado en el asesinato del líder Yakuza Gong Jichul. 





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